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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Graffiti: escritura para perdurar.


O, más sencillo todavía, grafiti. El mundo y la historia están llenos de grafitis. En cada trozo de pared o tapia, valla o superficie disponible aparecen cada mañana las firmas sin forma de artistas (o destructores de la belleza y de las buenas formas)  que gustan de expresarse “en público”.  
Tal vez interesen más los que la arqueología saca al aire en Pompeya porque nos traen bocanadas de vidas sacrificadas por el Vesubio hace dos mil años. O las proezas de Banksy, originales, maestras, sugeridoras y acusadoras a veces. 
Pero es menos conocido que en Israel hayan ido apareciendo hasta 13.000 grafitis en más de 10 idiomas, como  nos da a conocer el profesor Jonathan J. Price, Presidente del Departamento de Lenguas Clásicas de la Universidad de Tell Aviv. Prepara la publicación de los mismos un equipo de expertos internacionales que facilitarán dar a conocer  se puedan conocer estos breves testimonios de vida, casi un testamento, de  once siglos (entre el siglo IV aC. y el VII dC).
El doctor Price nos ayuda a comprender algo muy interesante: “Los grafiti antiguos se escribían para que perdurasen. No eran bromas escatológicas en un lavabo, sino que a menudo eran epitafios escritos a mano con pintura en una pared, o grabado con un clavo, o mensajes para el futuro".
Nos cuesta entender que un leve gesto, una palabra que se nos escapa, un grito de dolor o en petición de ayuda, perduran en el tiempo. Sopesar una palabra que nos avergüenza haber dicho o recordar una sonrisa que alivió un apuro de alguien cercano o borró la mala impresión o el dolor que pudo producir en el que nos escuchaba son una buena lección que debemos ofrecer a los que educamos.

viernes, 20 de octubre de 2017

Memoria Histórica: contra cualquier totalitarismo.

El Parlamento Europeo declaró en 2009 como Día en Memoria de los Crímenes del Estalinismo y el Nazismo el 23 de Agosto. Ocho años después, la presidencia rotatoria de la Unión Europea, en manos del gobierno de Estonia, ha decidido organizar una conferencia comunitaria sobre esta materia.
El ministro de Justicia de Estonia, Urmas Reinsalu, ha enviado una carta (en la que figuran los siguientes fragmentos) a Grecia que consideraba inoportuno ese recuerdo:
No pretendemos entrar en un gran debate sobre la historia de Europa en el siglo XX. Esa tarea le corresponde a los expertos: historiadores, juristas, filósofos, politólogos… Nosotros somos políticos. Nuestra tarea es proteger los valores y las virtudes de nuestra sociedad, entre los que hay principios irrenunciables como los derechos humanos, la democracia o el imperio de la ley. Y, en la medida en que el nazismo, el fascismo o el comunismo niegan esos principios, no podemos hacer otra cosa que oponernos a esas ideologías y movimientos políticos.
El nazismo y el comunismo se arrogaron el derecho a aplastar países y sociedades, todo en nombre de un futuro utópico que nunca llegó. Millones de personas fueron oprimidas para ser "reeducadas". Otros muchos millones sufrieron la miseria más abyecta. Y, por supuesto, también fueron millones los que fueron desplazados o asesinados.
Como ministros de Justicia, debemos ser especialmente contundentes a la hora de condenar los crímenes contra la humanidad. Nuestra labor más esencial es la de salvaguardar el correcto funcionamiento de las leyes y la justicia. Toda persona, con independencia del color de su piel, de su nacionalidad, de su empleo o de su estatus socioeconómico, tiene derecho a vivir en dignidad, en el marco de un Estado democrático capaz de garantizar el imperio de la ley. Pero las dictaduras del nazismo, el fascismo y el comunismo han robado esos derechos a millones de personas. Muchas veces, esa opresión no se ceñía solo al país de origen de la tiranía en cuestión, sino que se extendía a otras naciones conquistadas, subyugadas y sometidas.
No hace falta ser un historiador para saber lo que ocurrió en Grecia durante la ocupación nazi. Obras como "La mandolina del Capitán Corelli", Louis de Bernières, han sido traducidas al idioma de mi país y han conmovido a miles de compatriotas. Del mismo modo, "Archipiélago Gulag", de Aleksandr Solzhenitsyn, está disponible en griego desde la década de 1970, aunque en Estonia fue un libro prohibido hasta el fin de la ocupación soviética.
No puedo estar más en desacuerdo cuando su gobierno afirma que el comunismo ha dejado efectos positivos. Es cierto que la Unión Soviética participó en la campaña contra la Alemania nazi, pero el Ejército Rojo no liberó a Europa del Este de la tiranía nazi, sino que cambió ese dominio alemán por la nueva dictadura rusa.
La Guerra Civil concluyó en Grecia en 1949. Ese mismo año, el régimen comunista de Estonia deportó al 2% de nuestra población, como represalia contra los campesinos que se negaban a colectivizar la agricultura. A eso hay que sumarle las decenas de miles de estonios que fueron apresados y enviados al Gulag.
Cuando digo que en el comunismo no puede haber libertad, democracia e imperio de la ley, lo digo porque sé de lo que hablo. La historia nos lo demuestra. El comunismo ha sido intentado en todos los continentes, con la salvedad de Oceanía, y el resultado siempre ha sido el desastre económico y la destrucción gradual del imperio de la ley. Y la factura en términos de vidas humanas perdidas ha sido muy costosa. Hablamos de millones de personas fallecidas y no podemos permitir que algo así vuelva a ocurrir".

miércoles, 22 de abril de 2015

Tus huellas.

Mi amigo Alejandro escribía sobre la “arena”, cuando tenía quince años, la poesía que transcribo:
    Vengas de donde vengas  - pienses como pienses – seas lo que seas
               - recuerda: - deja huella. 
                Como un avión que deja su estela
                en el aire al volar,
                logra tú que tus pisadas
                queden marcadas a orillas del mar.      
                Como recuerdos en la memoria
                que no logras olvidar
                haz que tus acciones queden en el tiempo
                al echar la vista atrás.
                 Y así dentro de un tiempo
                                                   cuando el final haya llegado
                                                   esas huellas que dejaste
                                                   harán que no seas olvidado.

Estoy seguro de que cuando, dentro de dos años, repase estos versos, los pulirá sin prisas y hará que su lectura te sea más plácida. Pero estoy también seguro de que no cambiará ni una tilde de la propuesta que hace. Y dentro de veinte años añadirá que una Mirada amorosa y una Memoria sin fisuras dan perpetuidad a nuestras vidas porque están enraizadas en la Vida. ¡Qué bien se entiende esto cuando se celebra con gozo la Pascua de Quien es para nosotros Camino, Verdad y Vida!.
¿Quién siente, de entre los nuestros, de quince años, que la vida es siempre siembra de bien hoy para una cosecha plena en el mañana? Tal vez vivir al día (no prestar atención a que pisamos destruyendo, a que sembramos granos hueros, a que dejamos estelas inconsistentes) nos hace perder de vista que nuestros jóvenes necesitan el sosiego oportuno y el ejemplo determinante para que descubran en el fondo de su espíritu que existe una responsabilidad, es decir capacidad de dar respuestas que nos hagan felices y hagan felices a los que sigan nuestras huellas porque hemos amado.

sábado, 25 de mayo de 2013

Ser importante.



Me decía aquel muchachito impetuoso cuando le pregunté qué le gustaría ser de mayor: “Quiero ser un hombre importante”. Me dejó clavado y se acabó la conversación. Me arrepentí después de no haber seguido ahondando en aquel propósito tan rápido y tan tajante. Pero seguramente hice bien. Porque lo que me hubiese aclarado después ¿me habría descubierto un mundo interior rico y admirable? ¿O hubiera quedado decepcionado al comprobar que su sueño era aparecer, sobresalir, mirar por encima de los hombros a los que nunca más consideraría ya iguales?        
Me quedé recordando a Hamlet que a su madre Gertrudis, que le preguntaba por qué su dolor por la muerte de su padre parecía mayor que el de los demás, le respondía: “Yo no sé parecer”. Y que a Ofelia, más tarde, cuando comentaban lo rápidamente que se desvanecía la memoria de los que nos dejan, afirmaba: “Ya murió el caballito de palo y ya le olvidaron así que murió”. Shakespeare lo decía releyendo su epitafio: “For, O, for, O, y al caballito ya le olvidaron”.
Y, sin embargo, parece como si  nuestro empeño, nuestro supremo y constante empeño fuese hacernos notar. Se oye más nuestra voz que nuestro pensamiento. Se sienten más los golpes de nuestros puños que la ternura de nuestra mano. Destruímos más el Jericó de nuestros enemigos, multiplicados por todas partes con las trompetas de nuestra indignación, que construimos con el calor de nuestra cercanía la poquedad de los débiles y los pobres.    
“Los cristianos católicos y andantes caballeros - decía Don Quijote - más habemos de atender a la gloria de los siglos venideros, que es eterna en la regiones etéreas y celestes, que a la vanidad de la fama que en este presente y acabable siglo se alcanza; la cual fama, por mucho que dure, en fin se ha de acabar con el mismo mundo, que tiene su fin sañalado; así,¡oh Sancho!, que nuestras obras no han de salir del límite que nos tiene puesto la religión cristiana, que profesamos. Hemos de matar en los gigantes a la soberbia; a la envidia, en la generosidad y buen pecho; a la ira, en el reposado continente y quietud del ánimo; a la gula y al sueño, en el poco comer que comemos y en el mucho velar que velamos; a la pereza, con andar por todas partes del mundo, buscando las ocasiones que nos puedan hacer y hagan, sobre cristianos, famosos caballeros”.

miércoles, 25 de julio de 2012

Silene Stenophylla.


¿Se creen ustedes que un equipo de investigadores rusos haya presentado hace unas semanas el resultado de su actuación sobre semillas de una planta llamada Silene Stenophylla descubiertas hace un año en la guarida de una ardilla que vivió hace treintaidos mil años cerca del río Kolyma en la Siberia nororiental? Parece ser que sí. Y que en ese cubil, sepultado a 38 metros de profundidad, en la tundra de Duvanny Yarde, esperaba esa reliquia del Pleistoceno y del Paleolítico.

Silene stenophylla
Vienen al recuerdo las nostalgias de Bécquer en sus rimas

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueña tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo,
veíase el arpa.
¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Lázaro espera
que le diga «Levántate y anda»!

¡Qué orgullo el de la persona o escuela o institución que sabe arrancar de una muerte  aparente forzada por el olvido, el frío, el desprecio, el desinterés, la vagancia de su entorno familiar o social… no ya sólo al genio o al superdotado, sino al pobre que no tiene acceso a la fuente en la que pueda beber su dignidad! ¡Cuánta riqueza se destina en subvenciones a frivolidades que no sirven más que para diluir el sentido de la vida y de la solidaridad; que alimentan en algunas sociedades la sed de vacío, de apariencia, de pasarlobien y de indignidad en el fondo de todo ello!
¿Será posible calcular el caudal invertido en el cuento, en la indolencia, en la apatía,  en el vagabundeo de los que hace cursos de protesta sistemática sin dar golpe, de chupeteo de todo lo que les vaya permitiendo “tirar del bote” común, del esfuerzo de otros y de la urgencia de hace un mundo más noble y más humano?