miércoles, 10 de enero de 2018

Akash Bashir: mártir del siglo XXI

(Copiamos de ANS-Lahore)

La sangre de los mártires es la semilla de los nuevos cristianos", escribía Tertuliano en el siglo II d.C. Este “milagro” se renueva también en Lahore, Pakistán, gracias al sacrificio de Akash Bashir, el joven ex alumno salesiano, que el 15 de marzo del año 2015 sacrificó su vida, abrazando a un atacante suicida, para evitar que entrase en la iglesia de San Juan en Youhannabad, un barrio cristiano de Lahore.
El P. Francis Gulzar, párroco de esa misma iglesia nos entrega su testimonio.
Dos años y medio después de los ataques que golpearon Youhannabad, la vida continúa. Nuestra parroquia, una de las más grandes de Pakistán, está llena de vida. Cada año tenemos alrededor de 800 nuevos bautizados, especialmente niños. Nuestras escuelas, nuestros centros comunitarios y los servicios de Caritas son la mejor expresión de la vitalidad de nuestra comunidad católica.
Entre las fuentes de luz y de compromiso está el joven Akash Bashir, nuestro héroe y mártir. Todos nos sentimos movidos por la gran fe de la familia de Akash Bashir: sus padres, sus dos hermanos y una hermana.
En nuestro cementerio cristiano se encuentra la tumba de Akash Bashir que está siempre llena de flores y en ella se puede leer: “Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
Muchos llegan al lugar a orar y piden su intercesión. La comunidad parroquial ha publicado un folleto en inglés y en urdu con algunos testimonios y oraciones. Akash es una de esas personas que siempre ha demostrado ser un verdadero cristiano y un verdadero ser humano. Creemos que ofreciendo su vida por los demás, acompaña hoy a los otros mártires. Su actitud valiente transmite un mensaje de sacrificio. Y hoy oramos por todas las familias que han ofrecido a sus hijos para dar la vida por los otros. Que el ejemplo de Akash sea la fuente de transformación de todas las personas, de un amor verdadero, de un amor a Dios.
El Arzobispo de Lahore, Mons. Sebastian Francis Shaw, OFM, se expresa así: “Akash tenía un gran corazón, más grande que sus sueños, que lo hizo abandonar su vida por amor a Jesús”.

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